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Electro-magnético sistema de decisión.

Corto relato presentado a concurso. Al posible lector de ese cuento quiero decirle algo que puede hacerse le muy obvio, me faltaron palabras para escribirlo de forma correcta, con todo lo que quería decir. Aun así espero que alguien lo disfrute aunque sea menos de lo que yo disfruté escribiéndolo.

Versión corta (por extender)

Ya llegaba tarde a la reunión. Aunque sabía que tampoco se iba a enfadar nadie por ello, la mayoría de los demás socios/as ya estaban ardiendo por respuestas y la sumisión de todos a un pensamiento.

Obviamente no había transito, todo el mundo que no se había quedado dormido estaba en la gran sala central. Da gusto las velocidades que se pueden alcanzar incluso haciendo intensa calor, viento fresco roza mi cuerpo.

 

Una vez allí me sentí como un panecillo que acaba de entrar en el horno. Ya solo quedaban cien más para terminar la discusión. La voz cantante era una vez más la chica más callada y bajita que parecía estar a punto de llorar a cada instante, le seguía la sabia mujer de la más serena sonrisa. Y siempre presente el único hombre que usaba traje y corbata, el señor más convincente y lógico.
Resaltar también el chico atormentado, soñando con sangre, sufriendo.

 

Todos los demás, más pequeños, se unían a las voces más fuertes. ¿que se discutía? Pregunté. Hoy la pregunta es la más cotidiana, ¿Seguimos adelante o nos sentamos?

Los quince últimos fueron cayendo, solo pude decir, juega otro día preciosa niña de lágrimas por nacer.

 

Versión Extendida libre de métricas y normas.

Electro-magnético sistema de decisión.

Ya llegaba tarde a la reunión. Aunque sabía que tampoco se iba a enfadar nadie por ello, la mayoría de los demás socios/as ya estaban ardiendo por respuestas y la sumisión de todos a un sólo pensamiento que aliviase áquel conflicto.

Obviamente no había tránsito, todo el mundo que no se había quedado dormido estaba en la gran sala central. Da gusto las velocidades que se pueden alcanzar incluso haciendo esa intensa calor, que agradable és esa brisa fresca que roza mi cuerpo. No sé de donde sacaran esa frescura, en un momento tan delicado, lo último en el que se piensa es en refrescarse.

 

Una vez allí me sentí como un panecillo que acaba de entrar en el horno. Ya solo quedaban cien más para terminar la discusión. La voz cantante era, una vez más, la chica más callada y bajita que parecía estar a punto de llorar a cada instante, le seguía la sabia mujer de la más serena sonrisa. Y siempre presente el único hombre que usaba traje y corbata, el señor más convincente y lógico.
Resaltar también el chico atormentado, soñando con sangre, sufriendo cada día, por no tener el poder con el que sueña, el poder de control para evitar de una vez la debilidad y acabar con todo ese gran dolor que nunca parece terminar. Yo, también tengo un fuerte voto, lo tengo siempre que me siento fuerte. Lo tengo siempre que me siento identificado conmigo.

Yo soy Ego, yo y nadie más que yo debería mandar aquí. Que le haré, si así es es sistema.

Todos los demás, más pequeños, se unían a las voces más gruesas, que tapaban a las demás con su duro tono. ¿que se discutía? Pregunté. Hoy la pregunta es la más cotidiana, rara és la semana que no se cuestiona. ¿Seguimos adelante o nos sentamos?

Los quince últimos fueron cayendo, solo pude decir, juega otro día preciosa niña de lágrimas por nacer, sigue adelante, que, por lo menos, por curiosidad, vale la pena seguir experimentando, alegrías, dolores, sorpresas, y todo un abanico de sensaciones que llenan la vida. Es normal que haya días que nos pese tanto que no podamos levantarnos. Esos son los mejores días, los que estás obligado por tu vida misma a hacerte más fuerte, y así evitar caer en la repetición del pasado.

Juega otro día, preciosa niña de lágrimas por nacer.

Eduard Balcells

Hoy no llueve

Hoy no llueve,
Hoy el viento és solo la enorme bolsa de aire de siempre.
Como pez en el agua quisiera nadar,
en el mar más vacío,
en el medio más ligero.

Vivir del sueño, soñoliento,
a medio despertar, para recordar el momento en el que nací,
anestesiado y aun así,

Siento dolor,
será que después de todo..

ESTOY VIVO!

Eduard Balcells